Del dicho al hecho
**¿Po etá? R=No té**
Oaxaca, Oax. 27 de agosto de 2009 (Quadratín).- A pesar de las malas y gachas instituciones pronostiqueras del clima, que intentaron de uno y de todos los modos arruinarme las vacaciones en algún paradisíaco lugar de este Mexicalpam de las Garnachas, el sol salió y fue benevolente conmigo, apenas si sufrí quemaduras de primer grado, que al calor de las beberecuas costeras pues honestamente se te olvidan, hasta llegar a la oficina.
Y desde aquí precisamente recibí la llamada de un amigo aventurero, de esos que encontraron en la pluma el fusil de sus palabras y la revolución de sus ideales.
Me dijo con su melodiosa voz aguardientosa que presentará un libro un juevebes, esos textos que empiezan con portada y terminan con tantán.
De lo inasible, así se llama el texto, que luego de leerlo y saborearlo, creo más bien debería nombrársele Psicología del istmeño ordinario o el Rincón cuchi cuchi, porque quién que haya nacido en esa celebre tierra del totopo, camarón, queso seco y enaguas emborrachadas, no define su vida al lado de una hamaca.
El vaivén de esos hilos finos o rugosos y el ronroneo que hace el roce del metal en cada movimiento, son elementos básicos en toda cosmovisión del zapoteco común, ese que disfrutó de las canicas en una circulo polvoriento, que corrió en los campos con resortera en mano, aquel zapoteca que refrescaba su sed con una cerveza bien fría y su tradicional botana de Sal-Mon (Sal y limón), o aquél cuya comida era sagrada por ser bajo un almendro en mesa de madera y abuelos a los costados.
Así de memorable es el libro, ese texto que despierta en sus lectores una chispa por ver a Tehuantepec, Juchitán, Ixtaltepec, Ixtepec, etcétera, con ojos ajenos a las marchas, bloqueos, donde la esencia sea el ser humano y su hamaca.
Los inasible del libro se pierde en cada una de sus líneas, en el encuentro con el poeta César Rito, donde con habano en mano y una copa de mezcal, te platica, te descubre un mundo sin los multicolores comerciales, sino simplemente con una riqueza que se encuentra en los corredores y patios de las casas, donde bien se duerme de bebé, se recuesta de adolescentes y se goza de adultos, con un kamasutra indescifrable, con una historia que no se haya en el cobijo de los griegos.
Donde la lengua no necesita ser escuchada, tampoco hablada, donde simplemente se siente, así de loco y surreal es el texto que presentará César este jueves, y al cual no podré acudir por estar atrapado en las extrañas sensaciones de unas pinzas femeninas, yo sé que me comprendes amigo.
Sirvan los dos centavos para homenajear lo inasible de los poetas y para olvidar por un momento los cateos a penales, las marchas de los defraudados y la consigna gubernamental de tapar el sol con un dedo o incluso para olvidar las garras del gatito Juanito, que supo aprovechar la figura presidencial del Peje y se las está cobrando y por adela.
Yo mientras, sigo en el mar
o en algún lugar de sol.